jueves, 10 de octubre de 2019

Llegada a Budapest


Menos mal que decidimos dormir en el coche porque ha caído la mundial. No veas como jarreaba agua durante toda la noche. Además hemos estado bastante cómodos en el coche. Parece mentira que se le pueda sacar tanto provecho a tan poco espacio. Con una autocaravana montaríamos un palacio je je je 


  Una vez preparados tiramos para Budapest . Los muchos kilómetros que avanzamos junto al lago nos confirman la impresión de ayer, sobre todo por el día tan gris y desapacible que hace.

Al entrar en Budapest nos confundimos por milímetros y la carretera empieza a mandarnos cada vez más lejos de nuestro destino, y sin posibilidad de volver a nuestra ruta prevista. Pero a grandes males grandes remedios así que entro en modo combate, doy un volantazo para cambiar de sentido ante la mirada incrédula de los indígenas, busco camino lo mejor que puedo, echó marcha atrás un cachito en una avenida… y por fin vuelvo a la senda correcta. Ahora toca un tráfico tremendo que nos hace ir a paso de tortuga y cambiar de carril cada dos por tres para no volver a descolgarnos. Por fin, tras alguna que otra peripecia más, conseguimos llegar al parking que buscábamos: un llano cerca de la estación y un gran parque comercial (West End) que nos va a salir a tres euros el día.
Después de comer en el hostel nos damos un paseíto (8 kms) hasta la Plaza de los Héroes , en memoria de los fundadores de Hungría, y el parque que  comienza ahí y en el que hay edificios de gran belleza. Una zona muy agradable aunque quede un poco a tras mano de la zona más céntrica. Terminamos el paseo en el West End. Es enorme, bien diseñado y con una gran de tiendas y locales de todo tipo.


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