A pesar de ser una gran ciudad
con mucho tráfico salimos de Zagreb sin ningún problema y nos dirigimos hacia
el este, por unas carreteras bastante buenas, buscando Hungría. Durante todo el
camino, en los dos países, el paisaje es bastante monótono. Llanuras agrícolas
y pequeñas poblaciones sin nada interesante durante kilómetros y kilómetros.
Aburrimiento y cansancio.
Eso sí, en la frontera (entrada
al espacio Schengen )
nos tienen un buen rato, y eso que éramos el único vehículo. Nos miran con lupa
los pasaportes, nos piden los papeles del coche, nos hacen abrir el maletero (cuando ven tantas cosas en
tampoco espacio se echan para atrás) y hasta me hacen soplar después de
preguntarme si llevaba alcohol. Les dije que no, aunque si llevábamos una
botella de rakia . Me entraron ganas de decirles que también llevábamos drogas y
armas pero no tenían mucha pinta de cachondos.
Cuando por fin llegamos a nuestro destino en
el lago Balatón nos llevamos una decepción. En el camping hay cuatro gatos y la
recepción sólo abre un rato por la mañana así que tiramos pa dentro y nos
acomodamos. No montamos la tienda porque la noche amenaza bastante lluvía así
que toca dormir en el coche. Asientos echados para atrás y lo más tumbados
posible, el saco para no pasar frío y mucha buena voluntad y ya tenemos la
noche perfecta. Por cierto, la comida también la hemos hecho dentro del coche
porque el fuerte viento nos apagaba el gas.
Paseo por el Lago Balatón
Paseo por el Lago Balatón
Álbum del Lago Balatón
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