miércoles, 13 de noviembre de 2019

Egipto


Pasaron cuatro años hasta 1999 para que pudiéramos  volver a pegarnos otra escapada. Aunque esta vez fue por todo lo alto. Nada menos que Egipto, un país con el que soñábamos desde hacía mucho y que veíamos como algo inalcanzable. Pero lo alcanzamos y no nos defraudó, es más llegó a sorprendernos. 


Jorge ya había crecido y nosotros madurado un poquillo, lo que nos permitió sacar mucho provecho al viaje. Además conocimos a un grupo estupendo de gente con los que nos divertimos muchísimo. Hoy día, 20 años después, aún mantenemos una buena amistad con algunos de ell@s.

Fueron quince días increíbles con su crucero por el Nilo, la escapada al Mar Rojo y la inmersión total en el caos de El Cairo. Calor, mucho calor, de día y de noche. Bazares, pirámides, templos, estatuas, snorkel, camellos, trapicheos, fiestas, comidas buenas y malas, museos brutalmente caóticos. Todo dejó su huella en nosotros pero lo que nunca podré olvidar es lo la emoción que sentí al ver por primera vez el arte egipcio en el templo de Edfú. Después vinieron maravillas: Assuan, Tebas, Luxor, Karnak, el valle de los reyes, el palacio de Hatshepsut, Giza, … pero nada como aquel primer momento.

Debut internacional


Ahora que ya pasó la primera temporada, y mientras preparamos la siguiente, vamos a echar la vista atrás y hacer un repasito al camino que nos ha traído hasta aquí.

La primera vez que tuvimos que tirar de pasaporte fue en una escapadita de un día a Marruecos. Sería 1984 o 1985 y fuimos con unos amigos en su coche desde Ceuta hasta Tánger. No hay fotos de aquel viaje, ni siquiera recuerdo si teníamos cámara. Lo que sí recuerdo es que lo pasamos muy bien y descubrimos un Marruecos muy parecido a la España de entonces aunque con sus peculiaridades sobre todo en el trato con la “autoridad”.


Una década después pillamos un avión y nos fuimos a París con el retoño. Típico viaje a Disneyworld, en el disfrutamos los tres como niños chicos, y extensión a París. Organizado por un amigo de una agencia, no eran tiempos de Internet, aunque con bastante libertad de movimientos. La cámara era de carrete y muy corrientita, y eso se nota en las fotos (pocas y de poca calidad).

Fue una experiencia inolvidable que nos metió a los tres en el cuerpo el gusanillo de los viajes.   

martes, 5 de noviembre de 2019

Haciendo cuentas


Como ya habíamos avisado,  hoy nos toca hacer un repasito a lo gastado durante el viaje que acabamos de realizar. Lo primero que tenemos que decir es que nos hemos ajustado bastante al presupuesto que habíamos calculado. En algunos aspectos nos hemos pasado (270€ en la comida y 230€ en hospedaje) pero en otros hemos compensado con creces (270€ en gasolina y otros 270€ en entradas, actividades, bus…). Por otro lado en los días que hemos estado en España nos hemos pasado en unos 90€. Resumiendo, en el presupuesto total nos hemos colado en 29€. Vamos, que gestiono mejor que cualquiera de los politicuchos que manejan nuestros dineros. 

  
Concretando por apartados, en hospedaje (incluyendo aquí hostels, camping, apartamentos, lavadoras y el inevitable Impuesto Revolucionario  turístico de muchos lugares) hemos gastado un total de 1.010€. Muuuuchooo, pero no tanto si vemos que son 14€ por persona y día.

El siguiente concepto que se lleva una barbaridad es la comida (compras en supermercados, restaurantes, chiringuitos, artículos de limpieza e higiene, gas… y alguna alegría en forma de gin tonic o helado). Tanto como 1.021€, es decir, 14,20€ por persona y día.

En entradas, actividades, bus, tranvía, barco,.. el gasto se reduce ya que han sido 630€ (8,75€ por persona y día). Aquí el pellizco gordo lo han pegado la tirolina de Omis y la cueva y castillo de Postjona y Predjama.

En peajes y parkings nos hemos gastado 235€ (3,26€ por persona y día), y eso a pesar de lo que hemos luchado por evitarlos. En gasolina hemos gastado 726€ (10€ por persona y día, o 7,6€ por cada 100kms) bastante menos de lo que preveía  Vía Michelín  que no está nada mal y más teniendo en cuenta el precio de la gasolina en Francia y sobre todo Italia.

El gasto global ha sido de 45€ por persona y día. Para conseguirlo hemos tenido que currarnos el tema y calentarnos la cabeza para librarnos de peajes y parkings, buscar alternativas low cost en Internet como en el caso del barco por el  Danubio en Budapest, pelearnos con cajeros tramposos, buscar Lidl y otros similares, fijarnos en el precio de la gasolina de cada gasolinera, utilizar la tarjeta Campingcard ACSI que tiene buenos descuentos en temporada baja, reservar hostels con Hostelworld y apartamentos con Booking después de escudriñar mucho y arriesgarnos a que nos saliera rana (como pasó en Zadar o Viena) y no siendo exquisitos a la hora de comer disfrutando de un bocata o una sopita (afortunadamente cerveza, vino, queso, chocolate y vodka hemos encontrado a buen precio en todos lados).

Eso sí, cada euro y cada céntimo los hemos exprimido y disfrutado a tope. Y si le restamos lo que hubiéramos gastado durante este mes y medio en casa pues… ya no parece tanto.