miércoles, 13 de noviembre de 2019

Egipto


Pasaron cuatro años hasta 1999 para que pudiéramos  volver a pegarnos otra escapada. Aunque esta vez fue por todo lo alto. Nada menos que Egipto, un país con el que soñábamos desde hacía mucho y que veíamos como algo inalcanzable. Pero lo alcanzamos y no nos defraudó, es más llegó a sorprendernos. 


Jorge ya había crecido y nosotros madurado un poquillo, lo que nos permitió sacar mucho provecho al viaje. Además conocimos a un grupo estupendo de gente con los que nos divertimos muchísimo. Hoy día, 20 años después, aún mantenemos una buena amistad con algunos de ell@s.

Fueron quince días increíbles con su crucero por el Nilo, la escapada al Mar Rojo y la inmersión total en el caos de El Cairo. Calor, mucho calor, de día y de noche. Bazares, pirámides, templos, estatuas, snorkel, camellos, trapicheos, fiestas, comidas buenas y malas, museos brutalmente caóticos. Todo dejó su huella en nosotros pero lo que nunca podré olvidar es lo la emoción que sentí al ver por primera vez el arte egipcio en el templo de Edfú. Después vinieron maravillas: Assuan, Tebas, Luxor, Karnak, el valle de los reyes, el palacio de Hatshepsut, Giza, … pero nada como aquel primer momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario