viernes, 4 de octubre de 2019

La Guerra



Durante la década de los noventa estos países que estoy visitando se vieron inmersos en una serie de guerras que se conocen como Las Guerras Yugoslavas . Como suele suceder la opinión pública occidental se dejó llevar por la visión fácil estilo Disney y rápidamente colocó las correspondientes etiquetas a cada bando, sobre todo a los “malos malísimos” serbios. No se quiso ver la culpabilidad de aquellos que desde fuera alentaron el conflicto (Alemania para extender su influencia en Croacia, USA para darle la puntilla al comunismo) sin importarles una mierda el sufrimiento que se iba a desencadenar. Cosas muy parecidas hemos visto después con las “primaveras árabes”, Ucrania, Hong Kong,… y ya sabemos como han acabado algunas y como se ve venir la resolución de la última. Queda muy bonito pregonar la democracia para abrir mercados y contentar a bienpensantes pero las consecuencias las pagan siempre los mismos, la gente normal que vive sobre el terreno y que, en muchos casos, antes llevaban una existencia moderadamente feliz.


De los tres países que llevo recorridos cada uno ha superado la guerra a su manera: en Eslovenia parece que nunca hubiera sucedido (quizás porque fue poco cruenta y duró poco), en Croacia la llevan con el orgullo de los vencedores ( me recuerda a la actitud de los vietnamitas) y en Bosnia da la sensación de no haber salido de la etapa del victimismo recordando un tanto el estilo palestino. Son impresiones nuestras muy subjetivas basadas en lo poquito que hemos visto.

Es muy cierto que hubo criminales de guerra serbios que no merecen vivir pero también los hubo croatas y bosnios. Tampoco olvidemos los bombardeos de la OTAN (con Solana a la cabeza) sobre población civil en Belgrado. Ni a los yihadistas que llegaron desde el mundo árabe (amparados por USA) para cometer brutales atrocidades sobre civiles serbios y croatas. Fue una guerra de todos contra todos donde la limpieza étnica fue un recurso utilizado en todos los bandos para aterrorizar a los enemigos y despejar zonas a repoblar con los suyos. Un recurso que se lleva utilizando desde hace miles de años por absolutamente todos las tribus, reinos, imperios y países.

Para terminar quiero hacer una reflexión. Todos nos horrorizamos con las masacres y decimos que cómo se puede caer una y otra vez en guerras. La respuesta es clara, somos animales agresivos que, ha falta de recursos biológicos (garras, tamaño, fuerza), hemos hecho de esa agresividad nuestra mejor arma junto con la curiosidad. Sin ellas aún estaríamos encaramados en las copas de los árboles o escondidos de los depredadores en el fondo de una cueva. Esto es muy poco políticamente correcto pero es como lo veo. Y quien se escandalice y se quiera poner bien puesto que se imagine que haría si se formara a su alrededor una rebujina en la que o toma partido y lucha o es arrasado.

Evidentemente esto no quiere decir que no debamos avanzar y dejar atrás las guerras y matanzas, pero con los pies en el suelo y siendo conscientes del mundo real.


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