martes, 1 de octubre de 2019

DRAKARIS!!!


Después de una noche un tanto ruidosa en el camping volvemos a la carretera 8 rumbo al sur. Nos espera Dubrovnik. Camino cómodo, largo en tiempo por la baja velocidad y unas vistas espectaculares en los muchos kilómetros que forman la rivera de Makarska .

La llegada a Dubrovnik se convierte en un caos. O yo le armo el lío al GPS o es el GPS el que se vuelve loco. El caso es que nos tiramos un buen rato callejeando sin tener ni puta idea de dónde estábamos. Incluso acabo metiéndome en dirección prohibida por una avenida y nos pilla la policía pero Tere les dice que el móvil se ha vuelto loco y nos permiten dar un giro para salir del embrollo con un “be carefull” de despedida.

Después de conseguir llegar al hostel nos vamos buscando la ciudad vieja pero no entramos si no que cogemos el telésferico que nos sube al monte que domina la zona y nos deja unas vistas maravillosas. Bajamos por un camino tortuoso pero agradable y nos ahorramos el precio de la bajada. A continuación compramos algo para cenar y al hostel… pero voy al coche a coger una cosa y me encuentro que me han puesto uno delante bloqueándolo y unos tipos me empiezan a chapurrear lo que entiendo que es que esa zona es privada y no puedo aparcar ahí. Aunque se que es simplemente ganas de dar por culo les dijo que vale, que me quiten el coche y me voy. Ahora toca vacilarme y dejarme allí encerrado así que comienza un civilizado diálogo en el que yo les insulto en andaluz y ellos en croata hasta que por fin puedo largarme no sin antes dejarles un “regalito” en su inmaculado coche. Toca otra vez callejear pero esta vez a oscuras (no gastan mucho en farolas) y sin el móvil hasta que consigo aparcar en un solar junto a un supermercado Konzum.

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