viernes, 18 de octubre de 2019

Italia y Francia


No vamos a hablar mucho de estos dos países porque sólo los hemos utilizado como paso para el núcleo de nuestro viaje. Además todos los conocemos y sabemos lo muchísimo que tienen para ofrecer.

Así que nos vamos a limitar a comparar lo que hemos  vivido (disfrutado o padecido) en nuestro paso. Mientras que las carreteras italianas tienden al caos (absoluto en ocasiones) las francesas se convierten en un agradable paseo.

En Italia es muy difícil evitar las autopistas porque en muchas zonas no hay señalizaciones ni, sobre todo, carreteras secundarias que unan zonas más o menos distantes (a excepción de las SS24 y SS25 que unen la zona de Turín con la frontera francesa). Incluso cuando te desesperas y decides meterte en la autopista hay que dar un montón de vueltas para pillarla. Y para colmo hay varias autopistas distintas cada una con su propio peaje con lo que tienes que parar en varios peajes.


En Francia, por el contrario, hay buenas carreteras (buen firme, áreas de descanso, muy buena señalización) paralelas a muchas autopistas o uniendo unas con otras. Y si decides entrar en la autopista coges un ticket al entrar y pagas cuando la abandones, sin peajes que te jodan el viaje continuamente como en Italia o España. La sensación constante es de organización y calidad.

En lo que sí coinciden ambos países es en el buen trato de la gente y en la belleza de sus paisajes, pueblos y ciudades.

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