Una vez que salimos de Bosnia por
tercera, y definitiva, vez es momento de resumir un poco nuestras impresiones.
En primer lugar hay que decir que
es un país más atrasado que Croacia o Eslovenia. Se nota el menor nivel
económico, la falta de infraestructuras, las mayores secuelas de la guerra,…
posiblemente la no pertenencia a la Unión Europea les penalice mucho. Y quizás
la corrupción política sea alta ¿tanto como en España?
Otro factor puede ser el que la
UE los haya convertido en una bolsa donde almacenar inmigrantes y refugiados,
algo que se nota en Bihac , donde ahora estoy. Y desde luego los problemas
étnicos y religiosos siguen ahí como demuestra ver muchas banderas croatas en
algunas zonas.
Pero… la gente es mucho más
agradable que en Croacia o Eslovenia. El caos se convierte en vida, el desorden
en orden y el buscarse la vida supera cualquier frontera lingüística o
cultural. Un ejemplo, la dueña del apartamento en el que nos hemos quedado
estos dos días es una mujer mayor que no sabe ni papa de inglés y además está
cegata. Pues bien, nos hemos entendido a la perfección con ella con buena dosis
de gestos y sonrisas. Incluso nos ha hecho una rebajita y ha pasado de
cobrarnos tasas. El del hostel de Mostar ni siquiera nos miró los pasaportes y
nos dio una llave de las zonas cerradas para que pudiéramos usar la cocina.
Mientras tanto, en Croacia y
Eslovenia te encuentras a muchos que te atienden en inglés con muy buen nivel
pero les da igual si los entiendes o no. No se dignan a hablarte más despacio o
utilizar gestos. Lo tengo claro, si me dan a elegir prefiero a gente menos
desarrollada pero más cercana.
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