25 de diciembre de 2007, once de
la noche, cogemos un avión de El-Al al aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv. Un
viaje al que le tenía muchas ganas y que gracias a Tere pudimos hacer.
Un viaje a un país muy especial y
muy atacado por muchos. De hecho es el único país al que se le niega
sistemáticamente el derecho a la existencia. En los últimos cien años, y en la
actualidad, son muchos los regímenes que han levantado rechazo e incluso odio
con más o menos motivos pero SIEMPRE se ha distinguido entre el gobierno, rey,
dictador,… y el pueblo, el país. Nadie niega el derecho a existir de Corea del
Norte, USA, Arabia Saudí, Alemania,… no es así en el caso de Israel. Es
habitual boicotear un acto cultural, artístico o festivo si su protagonista es
israelí (judío, hablemos claro) aunque esa persona sea crítica con el gobierno
de su país y sus políticas. No importa, si es israelí es culpable, de lo que
sea.
Antes de ir un amigo israelí me
advirtió “no esperes encontrar otra cosa que un país normal, con cosas buenas y
malas, con gente buena y mala, y eso es lo que encontré. Y eso es lo que
encontramos, un país más, igual que otros muchos y diferente a cualquier otro.
Como cualquier otro. Y lo disfrutamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario