domingo, 1 de diciembre de 2019

Islas Maldivas


Un añito después de Egipto vinieron las Maldivas. Empezamos pensando en ir unos días a Cabo de Gata pero la cosa fue enredándose y nos fuimos una mijilla más lejos.
Vuelo de 12 horas con escala en Bahrein (una calor de morirte en las pistas de un aeropuerto lleno de oros y donde rifaban Mercedes y Testarrosas). 



Llegamos al aeropuerto que ocupaba toda una isla junto a Male (la capital) y desde allí cogimos un hidroavión que nos dejó sobre un madero que flotaba cerca de Kuramathi, nuestro destino. Una isla pequeñita (1 x 0,5 kms) toda cubierta de jungla y caminos de tierra que conectaban las cabañas desperdigadas con otras más grandes que hacían de recepción y restaurante.

Fueron un puñado de días maravillosos rodeados de iguanas, zorros voladores, delfines, tiburones, mantas y todo tipo de peces a cual más espectacular. Calor y sol que se alternaban con calor y tormentas que descargaban agua caliente. Mucha playa, mucho snorkel, mucho submarinismo, mucho comer y beber,… mucho relax sin oír un motor ni ponerte ni siquiera unas chanclas. El paraíso. 

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